El Último Suspiro de un Ícone: La Emotiva Despedida de Juan Román Riquelme en La Bombonera

Este domingo, el legendario futbolista Juan Román Riquelme se despidió del fútbol profesional en un emocionante partido celebrado en La Bombonera, donde el amor y la pasión de los aficionados Xeneizes se hicieron palpables. Riquelme, conocido como uno de los mejores jugadores en la historia del fútbol argentino, compartió conmovedores recuerdos y agradecimientos durante su discurso.

Recuerdos de su Carrera

“Llegué en el 96 y tuve la suerte de que entré en una película, en la película más linda que le puede pasar a una persona”, comenzó Riquelme, recordando sus sueños de infancia de convertirse en futbolista. Habló sobre sus ídolos de juventud, como Beto Márcico y Diego Maradona, y reveló su asombro al haber jugado junto a ellos: “Hoy vinieron los jugadores de la Selección. Solo puedo decirles muchas gracias”.

Reconocimientos a sus Mentores

En su emotivo discurso, Riquelme también dedicó palabras especiales a sus entrenadores y mentores a lo largo de su carrera. “José (Pekerman), usted de chiquito fue mi entrenador y me ha ayudado mucho. Lo quiero mucho”, expresó. También agradeció a Alfio Basile y Carlos Bianchi, mencionando que Bianchi fue fundamental en su carrera: “Es el culpable de que todos los bosteros pensemos que ganar la Copa Libertadores es muy fácil”.

El Impacto del Fútbol en su Vida

Riquelme reflexionó sobre cómo el fútbol le ha dado todo en su vida. “Soñaba con comprarle la casa para mi mamá. Nada más que eso”, confesó, recordando su debut contra Unión de Santa Fe, donde recibió una increíble ovación. También destacó su fortuna al haber jugado con otros grandes del fútbol, como Maradona y Lionel Messi, considerándolos entre los más grandes que ha visto en su vida.

Un Legado Infinito

Conmovido por el cariño recibido de los aficionados, Riquelme afirmó: “No puedo recibir tanto cariño de todos ustedes. El fútbol me dio demasiado”. Agradeció a su familia y a todos los que lo apoyaron a lo largo de su carrera: “Mi papá me hizo bostero y sé que voy a morir bostero. Solo quiero decirles gracias”. Terminó su discurso prometiendo que siempre llevará en su corazón el amor del pueblo Xeneize.

La despedida de Riquelme no solo encarnó el cierre de una era en el fútbol argentino, sino también la celebración de un legado intocable que continuará inspirando a futuras generaciones de futbolistas y aficionados. Su impacto en el deporte y en la memoria de los hinchas permanecerá vivo por mucho tiempo.